Esta mañana huele a sentarme en la terraza de una habitación de hotel en Playa del Carmen a beberme una Dos Equis y esperar a que llegue el chaparrón y pase rápido.
Esos animales raros, parecidos a una rata muy grande, los chereques, corren entre los matorrales a resguardarse de la lluvia, las hojas de las palmeras se agitan, igual que los pájaros azules, preparados para la tormenta, y esta noche cenaré algo con maíz.